El
sistema negativo-positivo debe su invención al inglés Sir
William Henry Fox Talbot, (este sistema permitía
al fotógrafo obtener varias copias de un negativo, esto significaba
que con solo hacer un “clic” se podían lograr varias “fotos”
del motivo deseado), quien en febrero, también de 1839, editó la
que puede considerarse como la primera publicación exclusiva de
fotografía: “Some Account of the Art of Photogenic Drawing”, en
la que muestra una colección de positivos fotográficos, realizados
por Talbot, a través de negativos hechos en papel.
Talbot
había estado experimentando con papel recubierto de una solución de
nitrato de plata, e ignoraba los logros de Niepce y Daguerre. En 1835
obtuvo su primer negativo con éxito; curiosamente y en forma similar
a como lo hiciera Niepce; de
la ventana de su casa Lacock
Abbey reveló la imagen con una
solución de ácido gálico, y la fijó con una solución salina
concentrada; y en 1841, después de perfeccionar su procedimiento, lo
bautizó como: “Calotipo”.
Este logro permitió 2 cosas: 1) reducir el tiempo de exposición con
relación al Daguerrotipo y 2) abaratar el costo al utilizar el papel
como base. Pronto este invento alcanzaría gran popularidad entre los
nuevos aficionados a la fotografía, aunque no logró alcanzar el
éxito de su rival: el “Daguerrotipo”.
En
1844 Fox Talbot fundó un negocio fotográfico, con el fin de hacer
calotipos para venderlos y poder patentar su invento;
desgraciadamente, como ocurrió con los Daguerrotipos poco tiempo
después, los calotipos mostraron también su talón de Aquiles y es
que, con el tiempo y el uso, las copias perdían calidad de imagen.
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